El día que decidí comenzar un proceso de autoconocimiento profundo, me di cuenta que estaba construyendo por el camino incorrecto.

Le pregunté a mi versión futura, de 5 y 10 años si quería crecer en esa dirección y la respuesta que recibí no fue la que esperaba. 

Ya tenía una empresa en crecimiento, tenía colaboradores a cargo, las ventas iban muy bien y los clientes quedaban contentos con nuestro servicio y nos volvían a elegir. 

Por años corrí detrás de una rutina y estructuras para no escuchar y, hasta callar, esa voz que me hablaba bajito para recordarme una y otra vez que no era por ahí. 

Cuando comencé con el proceso de autoconocimiento, que duró al menos 2 años, entre las herramientas que utilicé, la que más me impactó fue Human Design (si aún no la conoces te recomiendo que la busques). 

Yo soy proyectora y, para hacerlo simple, los proyectores venimos a ser guías de otras personas, vemos la profundidad de los seres humanos sin que nos tengan que hablar o contar demasiado, hacemos la energía del resto mucho más eficiente y, simplificamos procesos que las otras personas los hacen más complicados. Una ley cuando eres proyecto es NUNCA perseguir clientes sino mostrarnos y esperar que ellos nos inviten a ser su guía. Venimos a experimentar el éxito y, cuando no estamos en alineación, vivimos desde la frustración.

En el momento que yo entendí todo esto de mi energía realmente estaba en el polo opuesto por completo. Estaba persiguiendo clientes en vez de atraerlos, muchas veces ellos me compraban porque valoraban mi guía y asesoramiento pero, otras veces, simplemente porque les mostraba lo que necesitaban y ya. Llegaba a mi casa A G O T A D A y, sabía que mis talentos no estaban puestos en servicio de otros al 100%. 

“Yo soy mucho más profunda que sólo una transacción”, me lo decía una y otra vez.

En ese momento, comencé a pensar, y entonces qué hago?

Tuve una sesión con mi canalizadora de ángeles y ella me dijo que me veía con una academia, enseñando sobre lo que yo hacía y cómo lo hacía. A mí me parecía imposible, sumado a que posicionar mi marca personal me daba vergüenza y me sacaba demasiado de mi zona de confort.

Con el tiempo, fui escuchando esa voz y, cuando comencé mi nueva empresa, hice este ejercicio para descubrir mis talentos, aplicarlos y entregarlos. En bienes raíces había muchas cosas que había delegado porque no me gustaba hacerlas, pero otras que amaba y, en base a esas, comencé a escribirlas y recordarlas. 

Los talentos son nuestros dones, nos acompañan a todo lo que decidamos hacer, sea un hobby, un emprendimiento, una empresa o profesión. Nuestros dones son “regalos” que nos entregaron al nacer, si no los utilizamos, vamos a estar “en falta” con el universo/Dios así nos vamos a sentir también. Por eso es tan importante descubrirlos y ponerlos a servicio del mundo.

Mientras más los utilicemos, más vamos a vivir en propósito y alineación con nosotros mismos y eso nos va a llevar a la verdadera satisfacción.

Cuando vives en propósito, vives y dejas vivir, eres y dejas ser.

Autoconocerte es entender los cimientos sobre los que construyes tu vida.

Aquí te dejo la guía para que puedas descubrir los tuyos 🙂

Descargar “Ejercicio descubre tus talentos”

Con mucho amor,

Zari !