HOLA, soy
Zari
El mundo te necesita soñando grande, soñando fuerte y entregando tus dones. ¡Te acompaño a hacerlo!
Cuando tenía 8 años jugaba a ser vendedora en el negocio de mi tía, a los 12 leí Padre Rico Padre Pobre, a los 13 la biografía de Steve Jobs y soñaba ser como él y cambiar el mundo.
En esta vida no me tocó soñar con una familia perfecta, ni con la pareja ideal (aunque lo considero MUY importante), me tocó soñar con tener mi empresa, ser líder, crecer profesionalmente y, hasta a veces, cambiar el mundo. A mis 17 entré en la universidad a estudiar contabilidad y ya tenía muchos modelos de negocios armados, mi único objetivo REAL era empezar a trabajar para lograr lo que me había propuesto, o quizás, me había tocado.
A los 22 años me mudé a Panamá dejando atrás parte de mi familia, amistades de toda la vida y, como si fuera poco, mi país de origen. Sabía que mi sueño de ser empresaria no podía crecer en Argentina, no sólo por las condiciones del país,
sino porque nuestra zona de confort nunca es tierra fértil para la semilla de nuestros sueños más profundos y este sueño, sí que era profundo.
En el avión conmigo llegó 1 maleta de 30 kg, ojalá hubiese estado sólo cargada de ropa y buenos recuerdos… pero después entendí que los miedos y las inseguridades hacen check-in y se suben al avión, al igual que el corazón que nunca queda en otra ciudad.
Pasé a ser económicamente independiente en menos de 7 horas que duró el viaje, sin experiencia laboral y con una timidez que no me permitía ser yo.
Comencé en el rubro inmobiliario, primero trabajé con mi mamá como socia, creé un sistema con diferentes softwares para mantener organizada la información, además de coordinar citas y programar agendas.
Un año después, empecé a vender y atender clientes 1 a 1. En mis primeros tiempos temblaba cuando lo hacía, mi timidez era muy fuerte. Luego de varios años y mucha práctica, me volví experta en ventas y atención al cliente. Aprendí los procesos, contratos y trámites necesarios. Trabajé día y noche, incansablemente. Dediqué mi vida a mi sueño sin mirar a los costados para decorarla de alguna otra manera.
A mis 26 años, mi mamá se fue a vivir a la playa y yo formalicé mi empresa.
El sueño de ser empresaria se estaba haciendo realidad AL FIN, pero con él llegó el agotamiento extremo.
La planificación, formar equipo y aplicar estrategias de negocio se hizo inevitable. Un par de años después, y gracias a que desarrollé mi cerebro empresarial, posicioné mi empresa como una inmobiliaria de lujo, con servicio personalizado para clientes VIP y logré vender propiedades de millones de dólares.
El crecimiento fue exponencial, en 18 meses un 200% anual.
Para ese entonces, mi vida era mi profesión, lo único que había alimentado hasta entonces.
Empecé a viajar un poco más, empecé a salir, empecé a comprarme cosas que me gustaban y que antes no podía hacerlo, empecé a vivir la libertad y el crecimiento financiero y disfrutar de sus múltiples beneficios. Y de este camino aprendí, que puedo sola, que sé hacerlo, me demostré a mí misma que era real que podía crecer, que la niña insegura y soñadora, logró más de lo que esperaba y superó más miedos de los que creía posibles, y aprendí también, que no hay nada externo que pueda llenar nuestros vacíos internos.
Cada día que llegaba a mi casa, me sentía vacía, mi sueño, mi éxito no se sentían como en realidad pensé que se iban a sentir. PODER SOLA, NO ES QUERER SOLA.
Cumplí 30 años y algo cambió en mí, comencé un camino de autoconocimiento muy intenso y sanador, empecé a buscarle significado a las cosas porque sabía que si el supuesto éxito que me iba a dar una vida feliz no me lo estaba dando, era porque le faltaba algo más.
En ese proceso de descubrirme entendí que había crecido en un rubro que no se estaba alineando con lo que quería en mi vida, y que me agotaba porque iba en contra de mi energía.
Yo amo trabajar tranquila y a mi ritmo, sin moverme y, mi trabajo en ese momento requería movimiento constante. Yo amo la tecnología y apoyarme en ella para escalar mi negocio y, mi trabajo en ese momento era 100% presencial y atendía clientes 1 a 1 todo el tiempo. Y así puedo seguir con mucho más, pero la verdad es que no tengo más que agradecer todo lo que pude lograr y crecer en este camino,
la experiencia que adquirí fue única, al igual que las personas que conocí.
Zari Saliba
Corp
Es un nuevo sueño que me llena de emoción y me sigue sacando, aún más, de mi zona de confort.
Mi propósito es guiar y acompañar a emprendedores que, como yo, sueñan grande y fuerte con tener su negocio y desarrollar su cerebro empresarial con herramientas y métodos actualizados.
No sólo para que se animen a emprender, logren libertad y crecimiento financiero y entreguen sus dones al mundo, sino que lo hagan acompañados, alineados con su energía, con el estilo de vida que quieren llevar y que realmente definan el éxito bajo sus propios términos, para que todo lo que decidan hacer sea sostenible a largo plazo.